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Edgar Mantilla
Una cantidad enorme de los habitantes del mundo vivimos en ciudades. Muy a nuestro pesar las ciudades se han convertido en lugares caóticos. Algunas ciudades han perdido antiguos habitantes, los cuales han abandonado las aéreas céntricas.
Maleantes, prostitutas, homosexuales se adueñan de los centros de las ciudades, por las noches, haciéndolas intransitables. Incluso de día la peligrosidad es alta, en muchos sectores. La policía no es capaz de resolver los problemas de seguridad. La mayoría de las personas de nivel alto, no van a las aéreas céntricas de la ciudad. Van solamente si es absolutamente necesario ir al centro. Cuando lo hacen no llevan relojes, cadenas, ni celulares.
Las ciudades y todo lo que se encuentran en ellas son productos. Así lo han entendido algunos pocos dirigentes inteligentes, en el pasado remoto y en la actualidad.
Las más hermosas y atractivas ciudades de la tierra, desde Babilonia, con sus jardines colgantes, fueron diseñadas y mantenidas para que los habitantes y visitantes de las mismas pudiesen sentirse bien y tuviesen una vida placentera.
Entendiendo a la ciudad como producto, es imprescindible concentrarse en el desarrollo de estrategias de promoción adecuadas. Estas deben estar orientadas a atraer a visitantes locales, de regiones distantes e internacionales.
El City Marketing o mercadeo de ciudades es una disciplina que trae las técnicas de mercadeo al sector público. Esto para conseguir una mejor gestión de las ciudades, procurando un desarrollo urbano armónico, potenciando sus valores y oportunidades.
El City Marketing se presenta como una poderosa herramienta para la gestión moderna de las ciudades, constituyéndose en un privilegiado instrumento de competitividad.
La finalidad última del marketing de ciudad es el desarrollo de una imagen pública de aceptación, en referencia a la ciudad y a los atractivos que contenga. Ciudades con capacidad para seducir a sus usuarios para que las vivan, eleven la autoestima de los residentes y hagan posible la llegada de turistas e inversionistas.
Las ciudades tienen que transformarse en vendedoras de sus productos y servicios. Las ciudades son en realidad productos cuyas identidades y valores deben ser diseñados y comercializados. Muchas ciudades del mundo se han concebido como productos sujetos a constante cambio y mejoría y como marcas con alto posicionamiento.
Los ciudadanos deben sentirse parte del proceso, ya que son ellos los que van a validar los valores y atributos de la ciudad y región ante visitantes, turistas y posibles inversionistas.
La imagen de marca como producto final del ejercicio de City Marketing debe tener arraigo en la cultura ciudadana, en la historia, en sus valores, atractivos naturales y desde luego debe tener una gran correlación con la vocación de esa ciudad
Para construir un Plan de Marketing exitoso para una ciudad debe existir armonía y correlación entre Administración pública y ciudadanía. Estos últimos - los propios residentes de la localidad - son los verdaderos que terminan validando cualquier campaña de mercadeo.
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